Saltar al contenido

El gran activo de un autor: su audiencia

Para lograr que tu libro se vuelva un best-seller, el secreto es tener una audiencia calificada. Este era un punto que, en el pasado, hacía con que la autopublicación fuera menos viable que en los días de hoy.

Tener audiencia en el siglo pasado significaba tener acceso a periódicos, revistas, televisión y otros grandes medios. Y como el acceso a estos medios era escaso, sólo algunas personas lo lograban (algunas por competencia, otras por influencia). Era un sistema excluyente. ¿Cuántos García Marquez no pudieron haber existido en Latinoamérica que ni siquiera escuchamos hablar?

Casi todos los autores de éxito tenían algún tipo de audiencia previa antes de su best-seller. Gabriel García Marquez escribía para un periódico. Cortazar tuvo sus primeros cuentos publicados en revistas. Los primeros relatos de Vargas Llosa fueron publicados en el diario El Comercio. Independiente de cómo cada uno accedió a sus primeras publicaciones, todos tenían en común que ya tenían una pequeña audiencia. No eran absolutos anónimos. Y así fue la historia de otros renomados autores.

Una disrupción que vivimos en el siglo XXI es la democratización de la divulgación de la informacion a través del internet. Algunas de las empresas más grandes del mundo fueron creadas en el garaje de una casa por adolescentes sin dinero. Varios medios de comunicación antiguos ya no existen y dieron espacio a medios de comunicación independientes. Personas naturales logran tener más influencia que empresas centenarias. Y lo mismo pasó con las editoriales. Ya no es necesario que un autor pertenezca a una gran casa editorial para vender su obra. Basta con tener su propia audiencia.

¿Cómo creamos una audiencia?

Existen varias herramientas gratuitas que nos auxilian en la creación de una audiencia propia. Dentro de las más importantes podemos citar:

  • una lista de correos
  • una página en Facebook
  • un perfil en Instagram
  • un perfil en Twitter
  • un perfil en LinkedIn
  • un canal en Youtube
  • un blog personal
  • un canal en Telegram
  • un perfil en Wattpad

Cada autor y cada tema tendrá un canal de comunicación que se siente más cómodo o que sea más efectivo para compartir información. Un autor que escriba sobre finanzas, puede tener un perfil en Instagram o un canal de Youtube (o todas las opciones anteriores) donde, al igual que en el libro, ayuda a los lectores con información de valor. Lo mismo vale para cualquier libro técnico o de nicho.

“Pero yo escribo poemas”. “No me gusta aparecer”. “No me encajo en ninguna red social”. Como dice un antiguo proverbio árabe:

El que quiere algo encuentra una manera, el que no quiere encuentra una excusa.

Proverbio Árabe

Existen miles de perfiles en redes sociales sólo con poemas, donde las personas ni siquiera muestran sus caras o su voz. Sólo por citar algunos @poemasenletras (1.6m), @poemasescritos (26K), @letrasenversos (766k), @poesiayrelatos (114k), y la lista podría seguir indefinidamente. ¿Cuál es el chance de que uno de estos perfiles vendan un libro a sus seguidores? Seguramente mucho más alto que alguien que no tiene ninguna audiencia, ¿correcto?

Existen redes sociales sólo para escritores como, por ejemplo, Wattpad. En estas redes los lectores pueden escribir cuentos o hasta novelas enteras y construir su propia audiencia. Existen autores en estas redes con historias, cuentos o novelas con más de 1 millón de lectores. ¿Qué tan fácil sería vender un libro impreso a estos lectores? Es un cliente súper motivado. Ya te conoce, ya conoce tu estilo de escritura. Es cuestión de hacer un pequeño trabajo de mercadeo y lograrás vender varios libros.

Es interesante tener en cuenta lo siguiente. De las herramientas de audiencia citadas anteriormente, en algunas tú tienes control sobre la distribución de tu contenido y en otras no.

Facebook es una de las principales empresas de red social para distribuir contenido.

Herramientas dónde no tienes control de distribución

Aunque tengas una página en Facebook con miles de personas que te siguen cuando haces un post en esta página, Facebook es quien decide a quien mostrar o no mostrar tu post. Lo mismo pasa con casi todas las redes sociales. Tú logras construir una audiencia de potenciales clientes, logras comunicarte activamente con ellos, pero no tienes ningún control a que personas Facebook mostrará tu contenido. A este tipo de distribución, la conocemos como distribución orgánica.

Por lo menos organicamente no tienes ningún control de distribución. Es parte del juego. ¿Y como hacer para enfrentar esta restricción? Por lo general con distribución pagada. Es decir, Facebook te permite anunciar a los seguidores de tu página o de tu perfil en Instagram. Es una publicidad más efectiva que anunciar a cualquier persona. Tu seguidor, de algún modo ya te conoce y tendrá una posibilidad más alta de comprarte algo que a un desconocido.

Herramientas donde tienes el control de distribución

El tipo de lista donde más tendrás control es la lista de correos, los canales de Telegram o los grupos de Whatsapp. Herramientas de correo como Mailchimp, ActiveCampaing, entre otras te permiten incluso saber cuántas personas han abierto el correo o en dónde han hecho clic. Claro está que no debes abusar de este tipo de comunicación ya que podrías cansar a tu potencial cliente. Una herramienta que se viene popularizando en los últimos meses es un canal en Telegram, donde la distribución también es altamente eficaz.

Los tipos de lista de e-mails

Podemos dividir las lista de correos en dos grandes tipos. Lista de leads y lista de clientes. Leads llamamos a los potenciales clientes. Personas que tienen interés en escuchar lo que dices o leer tus palabras. Esta lista permitirá que crezcas progresivamente. La lista de clientes tendrá personas que ya compraron algo de ti. Esto vale especialmente para autores que tienen más de una obra publicada. Si alguien ya compró una obra tuya es muy posible que vuelva a comprar otra. Son personas que te hicieron “el elogio más sincero”, confiaron su dinero en cambio de leer lo que escribiste.

Ahora veamos ¿Cómo construir una audiencia en la práctica?